Españoles y latinoamericanos denuncian mentiras en el naufragio en Italia
Fiumicino
(Italia), 14 ene (EFE).- Más de un centenar de turistas españoles y
latinoamericanos afectados por el naufragio del barco de la compañía
"Costa Crociere" en aguas de la isla de Giglio (centro de Italia)
denuncian hoy que los responsables de la embarcación les mintieron en
todo momento sobre lo que estaba sucediendo. A la
espera de una
repatriación que aún no saben cuándo llegará y cuando por el momento se
estima en 70 el número de desaparecidos y 3 los fallecidos, parte de los
177 españoles y 107 latinoamericanos que iban en el barco pasan como
pueden las horas posteriores a la tragedia en el hotel Hilton de la
localidad italiana de Fiumicino, junto al principal aeropuerto de Roma,
el Leonardo da Vinci.
Por los pasillos del hotel, donde comienzan a
llegar las primeras cámaras de televisión que no pueden flanquear las
puertas y donde algunos periodistas se mezclan entre los afectados y las
primeras autoridades consulares, deambulan algunos de los
supervivientes, ansiosos de denunciar el "caos" vivido durante la
evacuación del crucero, con escenas propias del hundimiento del
"Titanic".
"Fue lo mismo que el 'Titanic'. Tuvimos que ver
cómo cuando evacuábamos en barcas, otras se nos venían encima. En la
nuestra tuvimos suerte porque una solo llegó a dar en la parte frontal y
por fortuna no volcamos", explica a Efe Justo, un turista de la isla de
Mallorca (España).
"La tripulación no tenía ni idea de cómo evacuar
el barco y el capitán nos mintió. Dijo hasta el último minuto que todo
estaba controlado y que solo era un fallo eléctrico", comenta la chilena
Claudia Fehlandt, que se une al corrillo de afectados para expresar su
indignación.
A sus relatos acompañan con algún vídeo del
crucero hundiéndose con las luces como protagonistas en la oscuridad de
la noche, imágenes que pudieron tomar con los teléfonos móviles una vez
que viajaban ya en las barcas salvavidas durante esos interminables diez
minutos de travesía hasta Giglio.
Cuentan ahora sus experiencias, unos cubriéndose
el cuerpo con mantas, otros con turísticos jerseys a rayas que los
lugareños de la pequeña isla italiana les dejaron y muchos con
zapatillas de andar por casa, pues además de todas sus pertenencias
-incluidos los pasaportes- tuvieron que dejar atrás también sus zapatos.
"Ha sido traumático. Desde un principio nos dimos
cuenta de que era grave, pero siempre nos dijeron que todo estaba
controlado, que era solo una avería en el generador. Estábamos cenando
en el restaurante cuando sentimos un golpe y nos dijeron, incluso, que
volviéramos a los camarotes", explica Vivian Parra, una chilena que
viajaba en el crucero con su marido, su hijo y su suegro.
Su compatriota Fehlandt consiguió contactar con
las autoridades consulares chilenas en Italia a través de sus familiares
en Chile y, a primera hora de la tarde de este sábado, tenían
constancia de que se estaban desplazando hacia el hotel Hilton para
asistirles.
Ya entonces, el embajador español en Italia,
Alfonso Lucini, había reunido a unos 35 compatriotas en una de las salas
del hotel para que le expresaran sus necesidades más inmediatas, sobre
todo medicinas, después de que no hubieran comido en Fiumicino más que
un poco de las "sobras" del desayuno.
En la sala, varios de los afectados se erigían en
portavoces y expresaban, no sin que saltara alguna lágrima, el trance
por el que habían pasado y la indignación por ver cómo la tripulación
del barco fue, según ellos, la primera que intentó evacuar, sin darles
instrucciones y dejándoles desamparados.
"No hubo aquello de que las mujeres, los ancianos y
los niños primero. Yo, que tengo 70 años, tuve que bajar agarrándome a
unos cables", asegura María Carmen Ramón, de Alicante (España).
De esa treintena de españoles solo uno, procedente
de Mallorca, desconocía el paradero de sus compañeros de viaje, dos
amigos a los que perdió de vista al correr por los pasillos del barco,
mientras que una venezolana, Luisa Bracho, intenta ponerse en contacto
con su consulado para que le consigan un nuevo pasaporte.
Muy cerca del hotel Hilton, en el aeropuerto de
Fiumicino, la compañía Alitalia empieza a repartir a turistas italianos
en sus vuelos, mientras que en el mostrador de venta de billetes de las
aerolíneas españolas Iberia y Vueling aseguran no saber nada de posibles
repatriaciones de los afectados.
Según explicó a Efe Lucini, la compañía
responsable del crucero estudia la posibilidad de fletar un vuelo
chárter para las repatriaciones, aunque, por el momento, lo máximo que
pueden hacer los supervivientes de la tragedia es apuntarse en una lista
de espera para que la pesadilla termine lo antes posible.
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